Esta semana no pude asistir a la clase del lunes. En ambas clases se vio el documental HOME.
El documental habla sobre el paso del hombre a través de la Tierra. Es increíble cómo aunque solamente hemos estado una fracción muy pequeña de tiempo sobre el planeta ya lo hemos dañado mucho y alterado para siempre. La posición de la Tierra la hace perfecta para la vida pero los hombres la estamos desadecuando, despojándola de sus recursos y dejándola inhabitable.
Ese armonía, ese equilibrio que hacen todos los seres vivos está siendo destruido. Miles de especies cambian o se extinguen. El desarrollo de la Tierra, que ha necesitado de más de cuatro billones de años para perfeccionarse y cuya inmensidad sigue siendo un misterio para nosotros, está parando y seguirá haciéndolo si no hacemos algo por cambiar nuestros hábitos. La vida como la hemos conocido por generaciones cambia por la adaptación forzada que el hombre ha creado por su ambición sin medida, su falta de respeto por la naturaleza de nuestro planeta.
Con solamente doscientos mil años, los humanos se han aprovechado de la evolución de la Tierra. Tierra, agua y vida combinados, los humanos han explotado el mundo sin recato. La falta de educación nos cuesta caro a nosotros y al planeta. Falta de educación para crear ecosistemas equilibrados. Falta de educación para reconocer que no somos los únicos que vivimos aquí y que no podemos desarrollarnos sin tener en cuenta a los demás habitantes del planeta. El cambio es increíble. Ha habido una construcción exponencial de rascacielos y ciudades. Se han creado trabajadores de metal cuya energía proviene de oro negro, dejándole subproductos tóxicos a la Tierra y a nosotros mismos.
La industrialización y las necesidades de la gran población en que nos hemos convertido nos hace utilizar más y más recursos. Más recursos que vienen de los petroquímicos, recursos que se acabarán pero que intentamos explotar hasta la última gota. Nuestras comodidades son siempre primero. El confort es nuestra única preocupación. Lo bello y estético que creamos los humanos intentan reemplazar la belleza de la verde y azul Tierra. El progreso, siempre sediento de petróleo, nos lleva a explotar más y más nuestro hogar.
El exceso nunca es bueno y es nuestro deseo por más lo que nos lleva a excedernos en la utilización de nuestra Tierra. El ciclo de la vida ya no tiene cabida con el agotamiento de los recursos que la naturaleza nos ha dado. La misma naturaleza, convertida en un ente sintético y sin vida, se encuentra inmóvil con lo que queda de nuestra propia naturaleza enterrada y acabada casi tanto como el agua y los combustibles fósiles de los que hemos abusado.
La fragilidad de la Tierra y del hombre deben ser combatidas con acción responsable. Si dejamos a la Tierra sin recursos no sobreviviremos, sin importar que seamos homo sapiens, hombres sabios, y sin importar las habilidades que tenemos, incluido nuestro intelecto. Es tiempo de reaccionar y abrir los ojos antes que sea demasiado tarde, antes que el tiempo y el destino nos alcancen y nos cobren lo que hemos hecho con nuestro hogar. Es tiempo de utilizar nuestras capacidades cerebrales para nuestro bienestar y el de la Tierra. Es tiempo del cambio, tiempo de renovación, antes que sea tiempo de muerte.