Star Power. El juego de las fichas. El juego del dinero. El juego del vicio. El juego del poder. El juego que se traduce a nuestra situación actual.
¿ Es un hecho que el ser humano siempre quiere más ? ¿ Que el ser humano es egoísta por naturaleza ? A veces en búsqueda de nuestro bienestar no nos interesan los demás y llegamos incluso a dañar y pisotear a otras personas. La búsqueda de nuestra felicidad -nuestro puntaje en el mundo -y de llegar a la cima puede cegarnos al momento de pasar por encima de los demás.
Siempre va a haber personas que actúen en detrimento de la sociedad y siempre va a haber personas que hagan lo contrario. Lo importante es lo que queda en cada uno de nosotros. Las acciones que tomemos deben ser siempre congruentes con los valores que albergamos en nuestro interior. No importa lo que el mundo haga o deje de hacer, está en cada uno de nosotros el querer salir adelante y hacer que la sociedad prospere.
Siempre va a haber reglas en nuestra sociedad, reglas que pueden ser creadas por personas en el poder, quienes pueden estar cegados por avaricia y que intenten sobajar a los demás. Siempre habrá un sistema que puede distar mucho de ser perfecto, pero lo importante es hacer las cosas bien no por los demás sino por uno mismo.
Siempre va a existir una justificación a todas las acciones. Siempre existirá "el fin que justifica los medios". Pero siempre debe existir ese sentimiento de empatía y solidaridad también. El cambio comienza por uno mismo y se esparce al trabajo en equipo que tiene miras al mejor futuro de la sociedad.
La comunicación debe ser también siempre la pieza más importante dentro del sistema de mejora. No debe existir nada más que un diálogo entre todos para que todos nos elevemos. No hay que "hacer cosas buenas que parezcan malas", aún cuando tengamos buenos fines o motivos. Siempre debemos escucharnos primero a nosotros mismos y en seguida a los demás. Todos los puntos creándonos una cosmovisión que nos ayude a mejorar la sociedad.
Siempre hacia adelante. Siempre hacia arriba. Nunca darse por vencido. Nunca rendirse. Siempre recordar quiénes somos y nunca olvidar de qué estamos hechos.